domingo, 27 de marzo de 2011

Nuevas adquisiciones

A veces, dicen que la vida es renovarse o morir. Pues bien, en una de las latitudes más australes del mundo, he topado con una área dutty free, séase, sin impuestos. 

Debido al preocupante parecido de mis calcetines con un queso Gruyère, sumada la pérdida de un par de sudaderas en los últimos tiempos, he decidido renovar el vestuario necesario. Y ya de pasó comprarme un hornillo a gas. Se acabó el oler a humo.


martes, 15 de marzo de 2011

Pause

Pensareis que cuando alguien lleva un considerable tiempo fuera de su hogar y cotidiano paisaje, progresivamente, adquiere el deseo de volver a reencontrarse dentro de lo que un día decidió dejar atrás. Más aún cuando uno viaja sólo. 

Bien, pues no es del todo correcto. Mientras internet is not only for porn, se convierte en una herramienta que desdibuja la ecuación espacio/tiempo. A través de la tecnología informática, cualquier persona puede teletransportarse sensorialmente y por un tiempo limitado al lugar del que procede. Facebook o Skype se convierten en vínculos relacionales que logran recrear, momentáneamente, el efecto de que aún formas parte de la vida que conllevaste junto a tus familiares o amigos. 

Otra herramienta integradora es el poder de la mente en lo que pertenece al recuerdo o bien, a la imaginación. Fantasear en como seria un supuesto, a la vez que repentino, viaje de vuelta o solazar recuerdos que te marcaron en el pasado, son formas del todo válidas para momentos puntuales en que la ñoñería puede mandar al traste tu viaje hacia la libertad del ser uno mismo. 

No obstante, lo único que tu mente busca no es volver a casa, sino volverse a sentir como en casa. En un viaje nómada de tanta duración es común que cada cierto tiempo se decida darle al botón pause —nunca al stop— para sentir nuevamente el calor del nido familiar, especialmente en jornadas especiales marcadas en el calendario como pueden ser las navidades o el día en que sumas una primavera más a tu permanencia terrenal. 

Descubres que has hecho nuevas amistades reales cuando tu viaje deja de ser excitante para los lectores y adquiere tonos de banalidad en forma de levantarse tarde, disfrutar de jornadas de pesca o de goce futbolístico, pasarte conectado a internet toda una tarde o alcoholizarte para salir de una discoteca más allá de las 7am. ¿Lo peor? El dolor eterno de iniciar de nuevo la partida, pues no es fácil revivir, en persona, aquel catorce de octubre cuando dejé Cornellà. Especialmente cuando sabes que a algunos no los vas a volver a ver nunca más. De ahí la pausa.

lunes, 14 de marzo de 2011

Hielo

Una imponente e interminable masa de hielo rodeada de bosques y encajonada entre altas cumbres nevadas es un espectáculo que pocos se quieren perder. El Perito Moreno es uno de los tantos glaciares que forman el Parque Nacional Los Glaciares. Conjuntamente, todos forman el Hielo Continental Patagónico, una de las reservas de agua potable más importante del mundo. 


Considerado la octava maravilla, el Perito Moreno es algo más que espectacular. Con una pared frontal de 70 metros de altura y una extensión total de alrededor de 5 kilómetros, este glaciar produce uno de los más impresionantes y solemnes espectáculos visuales que regala la naturaleza. Lo mejor de todo, es que mientras la mayor parte de los glaciares han retrocedido en forma evidente durante los últimos 100 años, el Perito Moreno alterna avances y retrocesos manteniendo un equilibrio sutil. La maldad del hombre aún no puede convencerlo. 

Un halo de paz infinita sobre la naturaleza virgen, lo convierte en un gran atractivo para quienes quieren disfrutar del aire puro y del sonido del silencio. Sonido que interrumpe sólo el movimiento del glaciar, que constantemente le regala al lago Argentino inmensos bloques de hielo produciendo un estruendo profundo y estremecedor. 


Lo mejor, es que puedes vivirlos in situ, o mejor dicho, sobre ellos. Ya van dos imponentes desiertos blancos en lo que llevo de odisea. Sal y hielo no se complementan, sin embargo emiten la misma radiación emocional.


Indiscutible protagonista del Parque Nacional Los Glaciares, no es el único atractivo del que deleitarse. Al norte, rodeando la tempestuosa ciudad de El Chaltén, se ubican el imperial Fitz Roy y el Cerro Torres, entre otros. 


Una de las noches, resolví un trekking a plena luz de la luna, con la intención de esperar la salida del sol a pie del Fitz Roy. Impresiona el llegar con total oscuridad a un sitio que ni siquiera sabes que esperar de él. Poco a poco, y como si alguien pintara en vivo el paisaje a tu alrededor, la belleza cae a plomo sobre ti. A 360° se dibuja algo de cuento de hadas. El sol levanta tras la cordillera despertando las coronas blanquecinas de la zona norte del Parque Nacional Los Glaciares. A su vez, las luces heladas del glaciar se encienden dejando vislumbrar las turquesas lagunas que recogen deshielo. 


Vivir para contarlo vivirlo.

jueves, 10 de marzo de 2011

Aniversari

Els llums s'han apagat, ningú ha tret el pastís,
tampoc aplaudien els pares, ni els tiets ni els amics
pero tots alhora, desde la distancia, agrupats en únic crit:
«que demani un desig, que demani un desig»


Sin embargo, no me hace falta desear nada, ahora ya no. La vida me ha brindado la oportunidad de estar donde quería. De una vez por todas, renunciar a viajar en el mundo del anhelo para convertirlo en una realidad que se alarga, a día de hoy, en un futuro incierto de tonos prodigiosos. Ayer el destino era Basilea, hoy ni siquiera Barcelona. Sólo lo separan doce meses.

Viajar es siempre un símbolo de la propia vida. Bienvenidos a la mía.


martes, 8 de marzo de 2011

Ruta 7

«El que se apura pierde el tiempo». Según un folleto de turismo, se trata de una típica frase de la XI región de Chile, más conocida como de Aysen, para destacar el comportamiento más pausado y tranquilo de su gente, además de la compleja geografía del territorio. A lo largo de los 108.494Km2 que abarca su territorio, transcurre la mayor parte de la Ruta 7 o carretera Austral. 


El origen verdadero fue Futalefú, destino que ofrece inagotables posibilidades para el deporte aventura, junto a una buena dosis de atractivo turístico. Sin embargo, geopolíticamente, aparece como uno de los pasos fronterizos entre Argentina y Chile más transitados. 

Tras la momentánea detención en el tétrico perecer de El Chaitén, el sur volvió a orientar la brújula del viaje. La Patagonia chilena puede presumir de tener una ruta principal en deplorables condiciones, sin embargo, el paisaje envolvente, hace de la Carretera Austral un selecto arcoíris colorido sobre el que transitar, inclusive a dedo. 


Villa Santa Lucia, La Junta, Puerto Puyuhuapi, Cerro Castillo, Coyhaique, Puerto Tranquilo o Chile Chico fueron algunos de los lugares que albergaron a mi ser. No olvidar tampoco el Parque Nacional Queulat y su fenómeno Ventisquero colgante. 


Tras quince jornadas de andadura chilena, a primeros de marzo retornaba a Argentina. Más de 2000Km recorridos a través de multitud de almas benevolentes a mi eventual buena presencia. Más de 2000Km viajando a autostop. ¿Problem TMB?