martes, 11 de diciembre de 2012

II. Cuba

Episodio dos. 

Ahora con la recopilación de uno de los momentos eternos del viaje, el reencuentro con amigos de siempre.

I. Animales

Lamentablemente, no dispongo de grandes cantidades de material audiovisual sobre mi viaje. Ahora eso lo hecho en falta, porque sí, las fotografías son sublimes pero son incapaces de registrar los sonidos, las voces, el ritmo de lo que vivía.

No obstante, algo se puede rescatar. En las entradas venideras, intentaré hacer cortas capsulas audiovisuales que se centren, a modo de recopilación, en los pocos momentos grabados de mi viaje.


miércoles, 28 de noviembre de 2012

Recuerda quién eres

Recuerda que hubo un tiempo en el que fuimos viajeros, no turistas; en el que nos guiábamos por la curiosidad, no por un libro; y no necesitábamos reserva para pasar una gran noche, y tú lo sabes. Siempre teníamos tiempo para hacer amigos, y para aprender...


...si eres feliz apaga este vídeo. ¡Ah, veo que sigues ahí!



Sí, todavía sigo aquí. Y no sabes lo mucho que lo lamento.

martes, 21 de agosto de 2012

Downtown

Para los que asocien mi retorno como el final de algo, debo aclararles que están equivocados. A la vez, me ha sorprendido mucho la común pregunta de ¿hasta cuándo te vas a quedar?. A decir verdad, sí, es un retorno, pero las reglas han cambiado radicalmente convirtiendo la vuelta en un capitulo asombrosamente especial de todo esto. No sé cuanto mi corazón me permitirá retener las ansias de seguir camino. Empiezan a haber situaciones que me devuelven ese espíritu. 

Entretanto seguiré descubriendo de qué se trata el mágico efecto de volver allá donde uno creció después de un largo tiempo. Haga bien o no, al fin y al cabo, vivir solo cuesta vida. Y de esa, hay para rato.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Viejos cuentos

«Jueves, 14 de octubre de 2010.

No quiero ni pensar cuánto tiempo hace que quiero que llegue este día. Sin embargo tengo una sensación altamente particular. Por una parte, la ilusión y la magia que deseo para un viaje, y más concretamente éste. Por la otra, siento mucha pena por la gente que dejo atrás, de tal modo que compiten sentimientos continuamente. En fin, la idea de viajar sólo y tanto tiempo me fascina a la vez que me asusta.»



Cuánto ha llovido ya. ¡Qué bien!

domingo, 29 de julio de 2012

Estupideces europeas

A algo más ocho semanas de celebrar dos años de todo esto, ahí va una breve lista de las cosas más estúpidas que echo de menos:

1. Cocinar con aceite de verdad, es decir, de oliva.
2. Devorar una caja de Donettes.
3. Beber agua del grifo sin preocupación alguna.

lunes, 23 de julio de 2012

Hoy

Cartagena de Indias, lunes 23 de julio de 2012.


La habitación se vació. A decir verdad, no debe tener más de 6m2 e incluye, en la medida, un WC con su respectiva ducha. Todo un ejemplo de economización del espacio. La lámpara y el ventilador giratorio del techo andan prendidos las veinticuatro horas de día ya que el calor se concentra debido a la falta de una ventana. Para hacerme entender, no se parece a la habitación de la primera escena de Apocalypse Now, pero evoca un sentimiento particularmente parecido.

Sólo están mis pertenencias. Mochila en el suelo —ocupando parte de los valerosa superficie de la habitación—, la guitarra fuera de su funda y algunos papeles de caramelos revoloteando por la mesita de noche, danzando al son del aire del ventilador. Todavía resuenan ecos de acento alemán. Llegó el momento del reencuentro con los tuyos. Siento eterna nostalgia de la fecha en que me toque a mí. Pásala bien, Sir. Max.

Tratando de alcanzar los cigarrillos cae el pasaporte. No sé que hace ahí, necesitas solamente un par de días para que las cosas que cargas en una mochila de 60 litros se revuelvan en una sala de menos de siete pasos de largo.

Mientras suena «Flor Groga» de Manel, empiezo a descifrar la cantidad de historias que emana cada uno de los sellos. Cada página del pasaporte contiene tantos cuentos como para rellenar una novela de mil páginas. Desde las estampas horrorosas de Kenia, las ilegibles de Qatar y Hong Kong, las casi borradas de Samoa y Argentina, la tintosa de Uruguay o los sellos decorativos de Machu Picchu e Isla de Pascua. Un auténtico viaje de bitácora, un moderno camino de Santiago por el mundo.

Siempre es delicioso pararse a recordar, pero sin olvidarse de que si te sientas en el camino, hazlo de frente a lo que has de andar, y de espaldas a lo que ya has andando. (Proverbio chino)

viernes, 6 de julio de 2012

Más equipaje

Nueva adquisición. Ya es hora de empezar a tocar la guitarra, que uno ya tiene una edad para seguir perdiendo el tiempo.


La cuadratura del circulo

Desde hace tiempo quise llegar a Quito para publicar con algo que raramente hago. A decir verdad, la conocí al inicio de todo esto y, en cierto modo, me identificó con ciertos objetivos que luego fueron ganándose el catalogo de realidades a lo largo del viaje.

Quito podría haber supuesto la cuadratura final de un circulo por Sudamérica, pero la historia aún no está cerca del fin.

Sigamos en la vida. Batallón, ¡rumbo a Colombia!



Pintar otra vez esta habitación,
no me convence para nada este color.
Votar si el botón es una buena opción, 
votar si hoy hacemos el amor.

Cuadrar el círculo de esta obsesión
asumir que rendirse no es una opción
saber que no os puedo aniquilar,
no es suficiente para firmar la paz.

La paz, Bolivia, Quito es Ecuador, Lima es Perú,
Buenos Aires, Argentina no llores por mí más
Cayó el puente que nos vio nacer
El estribillo hoy no se quedara a comer. 
Saber que no os puedo colonizar,
no es suficiente para firmar la paz.

La paz, Bolivia, Quito es Ecuador, Lima es Perú,
Buenos Aires, Argentina no llores por mí más.

así suena, Vestusta Morla - La cuadratura del circulo.

lunes, 4 de junio de 2012

HN

P:    ¡Hola!
HN: (desconcertado) …hola.
P:    Disculpa, nos conocemos, ¿cierto?
HN: (…)
P:    Juraría que te he visto muchas veces, en otro tiempo. Como en otra vida
       digamos.
HN: Tal vez. La gente suele identificarme con Estados Unidos, Europa o
       élite económica, aunque no acaba de concordar con la realidad. Últimamente
       también se me relaciona con algo a lo que les agrada llamar «crisis económica».
P:   ¡Ya sé! ¡Cuánto tiempo desde la última vez que nos vimos! ¡Y qué cambio!
       En fin, bueno volverte a ver Hemisferio Norte. Permiso.

sábado, 2 de junio de 2012

Chao Perú

A decir verdad, se me hace peliagudo escribir un artículo inspirador sobre los vertiginosos Andes peruanos estando ya impregnado del ambiente de la soleada costa ecuatoriana. Altas temperaturas, montones de arena, olor de mar, surf o crema solar conforman el inventario diario en la actualidad.

Sin embargo, el Parque Nacional Huascarán, ubicado en la cordillera Blanca, en la sierra central del Perú; merecía mención especial por su colosal belleza y esplendor, a la vez que por su incomprensible desconocimiento internacional. El Parque Nacional Huascarán es una parada obligatoria para los amantes del trekking. No sólo la Patagonia sacia las ansias de senderismo en la variopinta América del Sur.

Debido a la inspiración literaria, me restringiré únicamente a compartir algunas de las instantáneas más evocadoras.


Pienso que es suficiente para convencer a aquellos de pensamiento agnóstico. Para quien aún requiera información adicional, puede tratar de orientarse en la biblioteca o buscar por internet; o bien, salir corriendo a una tienda Decathlon, equiparse bien y empezar a caminar. Imprescindible llevar cámara fotográfica.

lunes, 28 de mayo de 2012

Así es pues

Doctor, en Perú seguía viendo Moais..

                                                                                          sarcófagos de Karajía, Chachapoyas (Perú)

..y no sólo con eso, también Make-Make.

                                                                                                           velo de la novia, Aguaitia (Perú)

No fue ni siquiera un argumento trascendental, pero tocaba cambiar de aires. Hace unos días que entré en Ecuador, uno de los países divisorios del mundo en irregulares mitades. Se respira un reconfortante aire especial, sigo hacia el norte.

martes, 15 de mayo de 2012

Reencuentros

reencontrar

1. tr. Volver a encontrar. U. t. c. prnl. 
2. prnl. Dicho de una persona: Recobrar cualidades, facultades, hábitos, etc., que había perdido. 


El viaje va quemando etapas pero nunca deja de revelar sorpresas. 

Fue la primera que se anotó en la lista de inolvidables personas de mi travesía por Sudamérica. 

Tras más de dieciocho meses, nos reencontramos de nuevo para compartir la certeza de que elegimos bien, que el corazón viajero sólo sigue latiendo al compás de la felicidad mientras nos mantengamos en ruta.


River boat

Atendiendo al modo de transporte, el sendero llevado hasta ahora recorría distancias de una forma de lo más cuotidiana. Por aire, volando por lo alto de los infinitos océanos; por tierra, a través de vehículos de rueda, alternando motocicletas, automóviles o caminos de incontables ejes.

Si antiguamente, en Europa, todos los caminos llevaban a Roma; en Perú, en fase de dominio inca, no había tampoco modo de perderse, el sistema de comunicaciones y transportes nacía —o moría, según como se mire— en lo que para ellos era el centro del mundo, en la imperial ciudad de Cuzco.
No obstante, los tiempos históricos modificaron los territorios para dejar a la naciente ciudad de Iquitos perdida y aislada en el medio de la selva amazónica. Pese a ser la ciudad más grande de la actual amazonia peruana, no hay carretera que la comunique con tierras de la cordillera andina o la costa, ni siquiera con Lima, la centralizadora capital peruana. Más o menos, como una isla perdida en medio de bastos océanos de verdes bosques fraccionados en deformes parcelas por torrenciales ríos y afluentes de agua de color cobrizo.
Llegar a Iquitos, dejando de lado el lujoso avión, supone una experiencia viajera al siglo pasado. Al estilo de los relatos del Che Guevara en Diarios de motocicleta o de Into the wild, de películas de liberación personal y natural de un planeta dominado por horarios, complicaciones y malentendidos.

Descender inacabables ríos perdiéndose consigo mismo entre bosques de palmeras y exótica biodiversidad a bordo de un barco repleto hasta los topes, donde la mercancía tiene reservados los espacios de lujo, mientras los agregados pasajeros deben conformarse con los espacios restantes. Entre botellas, plátanos o sillas, parece haber un cartel en el que se lea: «Encuentre su sitio, arme su hamaca y a dormir, que son cuatro días.»


En efecto, cuatro días rio Ucayali abajo, donde, a su encuentro con el rio Marañón, forman el inicio del rio Amazonas. Un rio que traspasa sin vergüenza las intimidades de la selva que hace lo posible por quitárselo de encima serpenteando salvajemente. El barco sobre el que navegué simuló los antiguos juegos de maquinitas de los noventa. Aquellos en que un coche andaba por una pista de tres carriles sorteando el tráfico venidero. Así, y con curvas.


Cuatro días dedicados a escribir en tu hamaca, leer en tu hamaca, hacer artesanías en tu hamaca, descansar en tu hamaca, comer en tu hamaca,… y, subir a lo más alto del bote —encima de la cabina— para ver los apasionantes atardeceres de la selva. En tierra de nada, de casi nadie y terroríficamente envolvente.

jueves, 3 de mayo de 2012

Sin visiones

Anticipo que escribo estas palabras con alto respeto y sabia admiración por la planta madre, más conocida como Ayahuasca.

Le tenía fe, le sigo teniendo fe. Quizá no era el momento indicado, quizá aun no estuviese preparado para conocer sus revelaciones.

En esta vida todo exige un riguroso proceso de aprendizaje, aunque uno piense terminalmente lo contrario. Como en los juegos Rasca y Gana, a mi me apareció el boleto perdedor: «Sigue buscando»

sábado, 14 de abril de 2012

En marzo

                                                                                       marzo'11

                                                                                                     marzo '12

lo que da de sí cada día cuando uno quiere que así sea.

viernes, 6 de abril de 2012

Los que plantan

Lo imprevisto, lo indeterminado, no es lo falso. Puede ser inexacto, pero no debe ser insincero. Una afirmación —imprecisa, pero no falsa— se puede ir explicando frase por frase, hasta que finalmente se aploma y cae en el centro. Pero si una afirmación comienza con una mentira, hay que irla apuntalando con nuevas mentiras, hasta que finalmente todo el edificio se derrumba.

Para empezar, hay que precisar. Digamos que ando prácticamente seguro de que estos han sido, anímicamente, los peores días de todo mi viaje.

Un texto anónimo dice que cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: construir o plantar.

Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se paran, y quedan limitados por sus propias paredes. La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba.
En Rapa Nui, empezaba a convertirme en un constructor próximo a terminar su obra. Por eso, resolví empezar a plantar, entregarme de nuevo al viaje.

El texto continúa: Los que plantan pueden sufrir tempestades y pocas veces descansan. Pero al contrario que un edificio, el jardín jamás cesa de crecer, y aunque exige la atención del jardinero, también permite que, para él, la vida sea una gran aventura. En la historia de cada planta está el crecimiento de toda la tierra.

Pese a la tempestad anímica, las flores más hermosas volvieron a brotar nuevamente inundando el aire con eternos perfumes de libertad y pasión por lo que viene. Vuelvo a tener ilusión por descubrir mi leyenda personal.

jueves, 22 de marzo de 2012

La vida es sueño

Fue un bello sueño. Tales como esos de los que te eriza que sean truncados por el maldito despertador. Esos que te perturban durante el despertar, más o menos hasta que llega el primer café matutino. Esos que ilusamente piensas poder revivir al apagar la luz al fin de la jornada, pero que ya no vuelven jamás. Esos que te invaden de nostalgia. 

Una nostalgia presente en los recuerdos. El paralelismo inadvertido de pararte frente al mar y saberlo no tan puro e infinito como aquel. De tratar de buscar un punto que rompa la linealidad arquitectónica del océano. Un punto que, aun no estando físicamente presente, sabes que está ahí, que estas en la dirección correcta, mirando a Rapa Nui. 

Quimeras que, sin embargo, cuando menos te los esperas, vuelven a aparecer en la noche para llevarte de nuevo a lo más profundo que perturba tu corazón. Entretanto, no queriendo quedar anclado en el pasado, el viaje empieza de nuevo. Vuelve a activarse el flujo de nuevos retos, de apasionantes historias.

Las líneas marcan el camino. Unas, las de Nasca, ya las sobrevolé. Ahora, se viene lo más profundo de la selva peruana. Amazonas, wait for me.

domingo, 11 de marzo de 2012

Ejercicio 24

Propongo un ejercicio de inventiva narrativa. Tratemos de imaginar con palabras el aniversario perfecto. 

Inauguremos el relato en lo alto de un volcán llamado, por ejemplo, Maunga Terevaka. Construyamos la imagen mental de una isla iluminada en su totalidad por la luna llena. Una luna que dibuja con sus cráteres una tristeza melancólica. Opuesto a ello, nos encontramos felizmente apelotonados con grandes amigos y es que el viento sopla demasiado fuerte allá arriba para ir en pantalones cortos. Queriendo volver a la realidad, pues la luz intensa de la luna encandila, cortamos la isla siguiendo la ruta que nos lleve de nuevo a la civilización. Una vez en casa, tras recibir las primeras felicitaciones, rechazamos opciones de alargar la noche. Las piernas no dan para más. 

El despertar se hace difícil. Cumplir otra primavera más no nos inmuniza contra una gripe inoportuna que nos ha mermado durante los días previos a la celebración. Hoy también. Una jornada en la que inevitablemente recuerdas con más ahínco a tus seres más queridos. Familia y amigos cercanos son anhelados desde la distancia. Son más de 14.000Km los que separan nuestros corazones, distancia insuficiente para los avances de la tecnología. Programas como Skype, Hotmail, Facebook o incluso el mismo blog permiten la transmisión de cotidianos diálogos y románticas palabras escritas que aprueban con orgullo el definitivo cambio del rumbo de una vida concreta, mi vida. Sin embargo, esconden sentimientos de añoranza o anhelo por un hipotético regreso inmediato. Todos los que quieren hacer llegar sus palabras, hoy saben cómo; otros días lo hacen mediante una demanda que acaba por llevarte delante de un juez. Triste, pero eso no tiene cabida en el relato de un aniversario perfecto. Sus palabras, hoy, sobran. 

Empezar subiendo un volcán no deja de ser especial, y más a la luz de la noche. Pero aún siendo el más alto, hay otros de menor altura e indudable superior belleza. Rano Kau destaca por su acantilado y su laguna poblada de diminutas islas de totora y abundante vegetación y microfauna dentro del cráter. El fondo del cráter, de 1,5Km de diámetro y a 280 metros de profundidad, es un lugar vetado a la visita de turistas que son dirigidos mediante un sendero interpretativo a lo largo del borde del mismo, y donde en el extremo oeste se encuentra la aldea ceremonial de Orongo. 


Pero hoy se trata de inventar e imaginar, y por ser un día tan especial, resultamos ser invitados a conocer el Hades del mismísimo Rano Kau. Descender por un lugar poblado de carteles «keep away» mantiene la incertidumbre de la misión, pero tenemos la suerte de ser avalados una autentica rapa nui. Ella, más que nadie, conoce y es bienvenida en cualquier lugar de su tierra. Una tierra que en ese descenso prolongado sorprende por su variedad microclimática reflejada en la flora. En menos de 500m se podría publicar un libro de numerosas páginas rellenas con las especies pobladoras de tal lugar.


Tal belleza se magnifica con marihuana, y de qué manera. No obstante, hay que mantenerse alerta. Bien por la multitud de restos arqueológicos escondidos, bien por piedras traicioneras que a no ser de esquivarlas, podrían acabar por matarte. Volver a asomar la cabeza fuera del volcán exige reptar por una pared casi vertical al más estilo lagartija. Tal considerable sacrificio físico no nos priva de asistir, una vez más, a un atardecer de película desde la aldea ceremonial de Orongo. Un emplazamiento de más de 50 casas de piedra de forma elíptica que ofrecen una perfecta visión de los motus o islotes, lugar donde se celebraba la elección del Tangata Manu, fundamental ritual después del periodo de los Moais. 


La jornada viene culminada por una cena en familia. No hay pastel, tampoco velas. No importa, no es necesario. Ni siquiera salimos a bailar pero qué más da, total, los días de aniversario acaban a medianoche. Cuando el reloj de pulsera indica la entrada al siguiente día, a partir de ahí, ya otro se encarga de hacer de su día, un día inolvidable.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Argumento primero: «no existen los semáforos»

Si bien parece una razón desprovista de sentido, «no existen los semáforos» oculta la clase de detalles que seducen al inconsciente, más allá del elemento reconocible en la isla: los propios Moais.

Rapa Nui, o Isla de Pascua, dispone de un único núcleo urbano. Llamado Hanga Roa, el pueblo paraleliza, en muchos sentidos, a un camping de dimensiones destacadas. Ahora bien, tiene sus particularidades únicas. Por ejemplo, pese a registrarse un alto número de coches, dominan las motos y las bicicletas. Hasta ahí, similar a un camping, no obstante, aquí se incluye un elemento de trasporte más: los caballos. Fácil es tener que ceder el paso a personas que se movilizan a lomos de su caballo para ir al supermercado o a la discoteca. Sorprende que el número de caballos sea levemente inferior al de la población humana. Así, al salir de la ciudad es común encontrarlos en todos los rincones de la isla: al lado de los Moais, en las playas, en medio de la carretera,...


Como cualquier territorio limítrofe con el mar, en Rapa Nui dominan las actividades al aire libre y muy especialmente a las practicadas en el mar. Ya sea como actividad pesquera o como actividad recreativa: surf, bodyboard, snorkelling, buceo, canotaje... Su poca población recrea en la isla un ámbito familiar. Todos son tíos, primos o sobrinos. Hay abundantes asados y curantos para la comunidad de forma gratuita. Quizá sea por eso que Rapa Nui goza de un alto nivel de seguridad ciudadana, pues apenas se registran robos y no existen asaltos. De hecho, es habitual y sencillo moverse por todo el territorio insular practicando autostop, una actividad que en otros lugares continentales supone exponerse a ciertos riegos, tanto para el conductor como para el autoestopista. Y es que aquí, más que en ningún otro lado, la policía ejerce un papel innecesario. Ni siquiera para controlar el alto consumo de marihuana y alcohol.

Una de las magias infantiles recuperadas en la isla es la de andar a oscuras por la calle. Disponer siempre de una linterna o velas en casa nunca viene mal. Bien por los constantes cortes de luz, bien por vivir en zonas donde el alumbrado público aún no está presente. La electricidad en la isla proviene de grandes generadores alimentados a benzina, lo que supone fallas en la planta generadora ante un exceso de consumo eléctrico o malas condiciones meteorológicas. Pero no supone un grave problema, ni siquiera un problema, pues las noches en Rapa Nui se caracterizan por ser unas de las más iluminadas y espectaculares que recuerdo, ya sea por la presencia constante de infinitas estrellas envueltas en el manto de la Vía Láctea, o por la cegadora luz de la luna llena. La inexistencia de una gran ciudad a menos de 3.000Km supone la total abstención de contaminación lumínica. Y qué decir de lo pictórico de los amaneceres o de los atardeceres. Salir a ver la caída del Sol se convierte en una actividad usual si dispones de tiempo para hacerlo.


Sin embargo, la ciudad de Hanga Roa, y por tanto la isla, dispone de todos los servicios necesarios. Hospital, escuelas, policía, polideportivo, aeropuerto que parece una terminal de autobuses, biblioteca, iglesia, bencinera, supermercados, restaurantes, bares, discotecas, internet,...

Algo hace mágica la vida cuotidiana en esta isla. No podría ni pretendo describir más allá de las líneas generales de mi idea. Nunca dudaré de que Rapa Nui tiene vida propia, que te da y te quita lo necesario en cada momento. Algo me dice que no será mi último capítulo en la isla de Hotu Matu'a. Emulando a Haumaka, la seguiré soñando desde la distancia.


En breve, el argumento segundo: «centro único y exclusivo de la cultura y sociedad Rapa Nui»

jueves, 1 de marzo de 2012

Al ruedo


Ya, futuro reciente decidido. Me voy de Rapa Nui. El próximo día 14 de marzo vuelo en dirección a Lima.

Prometo volver al blog para contar antiguas novelas y como no, los últimos coletazos de mi andadura en la isla. Y es que, aunque ya haya empezado la cuenta regresiva de mi partida, aún no esta todo el pescado vendido. Quedan sorpresas que pintar.