Deus ex machina

Mientras la moneda bailaba caprichosamente en búsqueda del lado más conveniente sobre el que posarse, todo a su alrededor estaba gobernado por un asfixiante aire provocado por la duda de los acontecimientos venideros. 

Hace unas horas, concluyó que debía dejar de rodar. Pese a que durante días llevaba mostrando únicamente uno de sus lados más románticos y, no sólo con eso, cuando todo empezaba a organizarse para poner nuevo rumbo, algo sucedió. «Deus ex machina». O lo que es lo mismo, una expresión latina utilizada actualmente para referirse a un elemento externo que resuelve una historia sin seguir su lógica interna. 

Y así fue, mi particular elemento externo fueron los millones de habitantes que resolvieron votar al Partido Popular para provocar un cambio en el gobierno español. Mayoría absoluta, nada más y nada menos. Como ente público estatal, RTVE define políticamente a sus directores generales. Cambio de gobierno, cambio de planes. Todo lo ofrecido durante el anterior gobierno queda en stand by a la espera de nuevo personaje politizado que defina las líneas de actuación para los próximos cuatro años. Y no suele suceder de una semana para otra. Quién sabe si todo vuela por los aires o si seguirá igual. Veremos. 

Entretanto, sigo a la mía.