viernes, 12 de enero de 2018

Suerte

La suerte te llega, dicen.

No obstante, nadie que no camine atrevido y sin rumbo acierta con la señal que le indica los pasos a seguir. Suele pasar que a veces llega dada, otras veces de situaciones inimaginables e inesperadas. Vete tu a saber.

El giro que se viene apareció de una iniciativa tan descabellada como desconcertante. Sin embargo, y mira tu por donde, acabó por rescatar ese camino enterrado hace algún tiempo atrás e iniciar un nuevo capitulo de mi travesia vital.

Hay veces, muchas veces, la mayoria diria, que la suerte se encuentra.

Me vuelvo. Me voy a vivir a Perú.

Que alegría, sigo riendo.

1 comentario:

  1. Hoy, buscando entre viejos correos, me encontré con uno donde hablo de una conversación que tuve contigo en el 2011, cuando viajé a Colonia, en Uruguay. Nos conocimos en un hostal en Colonia y viajamos juntos en autobús hasta Montevideo. Me dijiste que eras periodista deportivo y que cuando te despidieron te dedicaste a viajar por AL hasta que se te acabara el dinero. Ese mes ibas a recibir a tu madre, que se entusiasmó con las crónicas que escribías en este blog. El caso es que yo iba en el autobús mirando por la ventana y te dije: ¿sabes lo que me gusta de viajar? Los árboles. Viajas a otro lugar y te das cuenta de que la naturaleza es distinta, pero sobre todo los árboles. Ese otoño que tienes en Madrid no es el mismo que tendrías que aquí, es distinto gracias a los árboles. Yo estaba muy entusiasmada porque había estado en Otoño en el cono Sur y había visto esas hojas tan lindas dispersas en el suelo. Me contestaste que nunca lo habías pensado y aquello me indignó un poco, que no hubieras reparado en que los árboles eran distintos, jajaja. No sé por qué te escribo esto, pero espero que te encuentres bien. Te abrazo desde la distancia.

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