sábado, 4 de septiembre de 2010

Palabras

Hace un tiempo, alguien, al ver una pulsera hermosa, se acordó de mi. Y decidió comprarla.

Sin embargo, más que el detalle, más que la belleza del objeto, más que el remordimiento personal por dinero que había gastado; más que todo eso, al verla siempre recordaré sus palabras:

«Para que acabes donde acabes, nunca se te olvide de donde saliste feo!»


..realmente único.

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