Hace un tiempo, alguien, al ver una pulsera hermosa, se acordó de mi. Y decidió comprarla.
Sin embargo, más que el detalle, más que la belleza del objeto, más que el remordimiento personal por dinero que había gastado; más que todo eso, al verla siempre recordaré sus palabras:
«Para que acabes donde acabes, nunca se te olvide de donde saliste feo!»
..realmente único.
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