sábado, 18 de marzo de 2017

Matando la paz

"[...] finalmente, el tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la paz. La vida se convierte en una tarde de domingo y ya no nos pide grandes cosas, ni exige más de lo que queremos dar. Entonces creemos que somos maduros, dejamos de lado las fantasías de la infancia y alcanzamos nuestra realización personal y profesional. Nos sorprende cuando alguien de nuestra edad dice que aún quiere esto o aquello de la vida. Pero en realidad, en lo más profundo de nuestro corazón, sabemos que lo que sucede es que renunciamos a luchar por nuestros sueños, a librar el buen combate."

Mientras el viento sople, la primavera llegará en breves instantes. Se acabaron los domingos de muerte, toca volver a tirar piedras a las ventanas de la vida y despertarla del breve letargo.

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