viernes, 10 de junio de 2011

¡Riiing, riiing!

Echen el asiento para verlo en perspectiva, se avecina una recuperación de historias sucedidas a lo largo de las últimas semanas. No hay origen peligroso para la pérdida de inspiración literaria, pero rápidamente se localiza el foco causante: la entrada al juego que proponen las diversas ciudades y las singulares pandemias que derivan de la civilización —entendida como acción— del ser humano.

No hablo únicamente de las grandes metrópolis argentinas, también del rol que asume el despertar individual ante la civilizante pasividad. Por partes.

Buenos Aires, una capital enferma de esquizofrenia.
Si el temor del ciudadano es el que inunda las páginas de los diarios, o el único que resulta lícito, cabe resolver que no se trata de un temor indiferenciado frente a cualquier desamparado de la bonanza capitalista. No obstante, los supuestos causantes de esos males provendrían de porciones de la ciudad circunscriptas: las villas o los asentamientos.

Lo irónico es que los operarios de esa fábrica distan de ser, necesariamente, los moradores de esos hábitats degradados. Medios de comunicación, agentes estatales o, sobretodo, vecinos de clase media cercanos a estos sectores populares son quienes suelen activar y difundir los mecanismos de producción, circulación y consumo de la esquizofrenia del miedo. Mientras las clases medias implementan medidas para procurarse la existencia libre de sobresaltos, los pobres, en cambio, hacen lo que pueden. Y bien, la pandemia se extiende a la mayoría de las ciudades bajo la influencia de la provincia de Buenos Aires.
Ojo, y las villas o los asentamientos existen y más vale tenerlos en cuenta. Drogas psicóticas junto a armas de fuego nunca son sinónimo de seguridad absoluta. Pero el error vuelve a cometerse una vez más en forma de violencia invisible. La clase burguesa crea la ilusión de que las desigualdades no se deben a lo que se tiene, sino a lo que se es. La cultura, el arte y la educación aparecen como cualidades naturales, no como el resultado de un aprendizaje desigual de la división histórica entre las clases. Más desigualdad, más miedo. Más miedo, más desigualdad. Irónico.


Movimiento 15M.
No voy a entrar a dedicar más que unas pocas líneas. Ni siquiera entraré a opinar, para ello encontraréis centenares de blogs dedicados a tal movimiento social o videos relacionados, especialmente me entusiasmó éste. Sin embargo, algo emocionante pasó en la Península. La hora del despertador activó la alarma y, repentinamente, empezó a resonar en las conciencias de la población. Los ciudadanos aún andan medio dormidos debido al dilatado letargo del que tuvieron que despertar. Desde hace algo menos de dos décadas, la sociedad peninsular vive inmersa en una de las grandes epidemias de la globalización: la erradicación progresiva de la sociedad de clases a favor de la proliferación de la sociedad de masas.
En ese nuevo modelo de sociedad, nadie pierde su singularidad en la masa, pero la singularidad que queda, mayoritariamente es una singularidad individual, desasociada con lo colectivo. Ahora vuelven a agruparse los estratos sociales. Parece que la alarma ahora sonó para todos igual. ¿La apagaremos para seguir durmiendo o nos levantaremos definitivamente? Démosle tiempo.

Ya van 4.
El FCB ganó el pasado 28 de mayo su cuarta Champions League. Los indignados de la capital catalana pensaron que iba a ser el momento en que serían desalojados. Bien por los Mossos d’Esquadra, bien por los propios seguidores culés. Pese a que los primeros lo intentaron —y no lo consiguieron—, las protestas siguieron en pie.

Algo hemos avanzado. Tal como debía ser, la gente lo festejó a lo grande pero, esta vez, el fútbol dibujó su propia línea. No ayudó al 15M, pero tampoco los arruinó. En el deporte no todo es desestimable, Lula levantó la moral de un país con fútbol, lo mismo que hizo Mandela con rugby. Uno y otro sabían que la gente no piensa, la gente siente. Desde las entrañas.


Entretanto, y hablando de cambios, abandono Argentina para adentrarme en Uruguay.

Y para el pesimismo, la alegría de los colores ondulando sobre mi cabeza.

4 comentarios:

  1. y luego me llamabas a mi jipi desgraciao !!

    Se te quiere...

    El gay

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  2. como mola el video de la crisis jajajajaj

    tu boba

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  3. lOCURAS!! Ya veo que empiezas a actualizar! Haber si lo haces con más frecuencia

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  4. els colors et fant si mes nò... GUAPO !!!
    Espero que per Uruguay també ho passis bè i ens deixis fotos per coneixer aquet nou pais.
    molts petons de tots nosal.tres

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