miércoles, 7 de marzo de 2012

Argumento primero: «no existen los semáforos»

Si bien parece una razón desprovista de sentido, «no existen los semáforos» oculta la clase de detalles que seducen al inconsciente, más allá del elemento reconocible en la isla: los propios Moais.

Rapa Nui, o Isla de Pascua, dispone de un único núcleo urbano. Llamado Hanga Roa, el pueblo paraleliza, en muchos sentidos, a un camping de dimensiones destacadas. Ahora bien, tiene sus particularidades únicas. Por ejemplo, pese a registrarse un alto número de coches, dominan las motos y las bicicletas. Hasta ahí, similar a un camping, no obstante, aquí se incluye un elemento de trasporte más: los caballos. Fácil es tener que ceder el paso a personas que se movilizan a lomos de su caballo para ir al supermercado o a la discoteca. Sorprende que el número de caballos sea levemente inferior al de la población humana. Así, al salir de la ciudad es común encontrarlos en todos los rincones de la isla: al lado de los Moais, en las playas, en medio de la carretera,...


Como cualquier territorio limítrofe con el mar, en Rapa Nui dominan las actividades al aire libre y muy especialmente a las practicadas en el mar. Ya sea como actividad pesquera o como actividad recreativa: surf, bodyboard, snorkelling, buceo, canotaje... Su poca población recrea en la isla un ámbito familiar. Todos son tíos, primos o sobrinos. Hay abundantes asados y curantos para la comunidad de forma gratuita. Quizá sea por eso que Rapa Nui goza de un alto nivel de seguridad ciudadana, pues apenas se registran robos y no existen asaltos. De hecho, es habitual y sencillo moverse por todo el territorio insular practicando autostop, una actividad que en otros lugares continentales supone exponerse a ciertos riegos, tanto para el conductor como para el autoestopista. Y es que aquí, más que en ningún otro lado, la policía ejerce un papel innecesario. Ni siquiera para controlar el alto consumo de marihuana y alcohol.

Una de las magias infantiles recuperadas en la isla es la de andar a oscuras por la calle. Disponer siempre de una linterna o velas en casa nunca viene mal. Bien por los constantes cortes de luz, bien por vivir en zonas donde el alumbrado público aún no está presente. La electricidad en la isla proviene de grandes generadores alimentados a benzina, lo que supone fallas en la planta generadora ante un exceso de consumo eléctrico o malas condiciones meteorológicas. Pero no supone un grave problema, ni siquiera un problema, pues las noches en Rapa Nui se caracterizan por ser unas de las más iluminadas y espectaculares que recuerdo, ya sea por la presencia constante de infinitas estrellas envueltas en el manto de la Vía Láctea, o por la cegadora luz de la luna llena. La inexistencia de una gran ciudad a menos de 3.000Km supone la total abstención de contaminación lumínica. Y qué decir de lo pictórico de los amaneceres o de los atardeceres. Salir a ver la caída del Sol se convierte en una actividad usual si dispones de tiempo para hacerlo.


Sin embargo, la ciudad de Hanga Roa, y por tanto la isla, dispone de todos los servicios necesarios. Hospital, escuelas, policía, polideportivo, aeropuerto que parece una terminal de autobuses, biblioteca, iglesia, bencinera, supermercados, restaurantes, bares, discotecas, internet,...

Algo hace mágica la vida cuotidiana en esta isla. No podría ni pretendo describir más allá de las líneas generales de mi idea. Nunca dudaré de que Rapa Nui tiene vida propia, que te da y te quita lo necesario en cada momento. Algo me dice que no será mi último capítulo en la isla de Hotu Matu'a. Emulando a Haumaka, la seguiré soñando desde la distancia.


En breve, el argumento segundo: «centro único y exclusivo de la cultura y sociedad Rapa Nui»

3 comentarios:

  1. nada de contaminación lumíiiinica. great! besos grandes enfermo. me encanta.

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    Respuestas
    1. pel que veig, es una maravella de la natura, la posta de sol, i el viure aqui.
      Tete... MOLTES FELICITATS, que t'ho passis d'allò mes be, i que disfrutis el nou any que ja tens.
      Molts petonets de l'iaia, d'en Robertu i meus..
      Bon viatge cap a Lima.

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