domingo, 10 de octubre de 2010

Ser con los demás

El tema de la afectividad es una cuestión esencial en el hombre. Es un tema que camina al borde de lo psicológico y de lo antropológico. Debemos tener presente que somos seres incompletos, necesitados de los demás, de su reconocimiento, de su cariño, de su amor y de su manifestación en los afectos. Necesitamos una sonrisa, un gesto cariñoso, un abrazo para poder seguir. 


Sin embargo, nos obcecamos en establecer limitaciones constantes que impiden la libre circulación de la afección humana. Prejuicios, cuestiones culturales o hasta incluso alguna traba psicológica podrían ser buenos ejemplos.

Pero cuando algo se altera tan bastamente como el partir sin rumbo por un largo tiempo, todo se esfuma para dejar relucir la esencia del ser con los demás. Es asombrosamente maravilloso, conmovedor e inolvidable dejar caer una lágrima de felicidad por todo lo que te ha rodeado durante tanto tiempo.

Por eso, a las grandes figuras de la cultura popular o elitista que propagan el culto a la soledad, humildemente les avisaría de que sentirse solo no es una cosa de hombres, sino de imbéciles. 

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