jueves, 7 de abril de 2011

Con la N de camión

De enano, cuando tenia frio, mi madre solía decirme que me pegara cuatro carreras al pasillo y todo volvería a ir bien.

Las temperaturas de Ushuaia no elevaban el termómetro más allá de los 4°C aunque lo normal, debido a la variabilidad climática, era tener una sensación térmica que bailaba en lo negativo del termómetro. 


Atendiendo uno de los típicos consejos maternos para ahorrar energía, empecé a correr. No fue físicamente, pues las latitudes argentinas más cálidas distaban a algo más un millar de kilómetros. Usé la invitación de retorno que se activó al llegar a Ushuaia a bordo del Globetrotter de Orlando, un camión de 16 toneladas que cubre la ruta Buenos Aires – Ushuaia y viceversa.



Resulta que en 48 horas, como un pajarito que tirita por las inminentes heladas, he desdibujado la S de sur para elegir la N de norte. Tampoco tenía muchas opciones. Llegué al fondo del pasillo y tenía que dar media vuelta. Mi madre tenía razón, y ni siquiera hacían falta cuatro carreras. El frio duró apenas veinte días.

2 comentarios:

  1. uuufff tete, sembla que feia fred de veritat brrrr..sort que tenias las noves adquissions oi?
    Com sempre, les mares sempra tenan la seva part de rao jejeje.
    Un petonet molt gran de l'iaia, d'en Robertillu, i meu..

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  2. Hola!!! Com estàs??? A dir veritat, crec que podria respondre jo: estàs molt bé. Potser amb fred o potser amb calor, però no recordo haver-te vist mai amb aquesta cara de felicitat. Una abraçada ben forta! Montse

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