lunes, 25 de abril de 2011

Dialectos

Increíble pero cierto, el paso del tiempo y las incontables conversaciones con la gente autóctona han acelerado la modificación bestial del propio vocabulario callejero hasta tal punto que venga alguien de l’Hospitalet y, por las palabras que vengo usando, acabe entendiéndome antes con alguien argentino que con alguien de donde nací.

Pese a todo, existe  un uso lingüístico que me fastidia. Se trata del verbo «coger». Mientras por allá en la Península tiene aceptaciones variopintas —cogemos desde un autobús a una manzana—, en Argentina oirás cualquiera de los sinónimos aceptados por la Real Academia Española para el verbo coger. Todo viene porque, en Argentina, coger significa follar. Imaginaos las reacciones cuando contaba que «en Bolivia cogía a mi oso a las 8am y nos pasábamos todo el día en la selva…»
Pese a que he evolucionado, aún ahora, no logro dominar el correcto uso del verbo. Lo que si no cambio es el «¡tío, joder!» por el odioso «boludo, la concha de la lora»

Si bien el vocabulario ha cambiado la casaca, el acento castellano —o gallego, como le dicen en Argentina— sigue oliéndose a siglos luz. Digamos que me he convertido en una especie de hibrido raro que no acaba de encajar en ninguna de las dos patrias, algo a lo que mis facciones de guiri barbudo me tienen tan acostumbrado a sentir.

4 comentarios:

  1. xD! que grande polakoo!

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  2. te falta ser de boca para ser argentino!!!

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  3. jaja, jo si sabia el que era "coger"
    quan tornis.. ja quasi no t'entendrem, ja que aquì tambè seràs el "guiri" català.
    Un petonàs molt fort tete, de l'iaia, d'en Robertillo i meu

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  4. ¿Que guapu on paras?
    ja fa temps que no saben res de tu. eswcriu alguna cosa.

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