Argentina se podría describir con variopintos adjetivados, pero sin duda, sobresalen las particularidades tales como la obsesión por el mate, la cultura de lo dulce y la pasión desbocada por la carne. Si bien se devora carne roja a lo largo de todo el planeta, en Argentina la cantidad de consumo cárnico toma tonos demenciales. A inicios de febrero se celebró la II edición de la Fiesta Nacional del Asado.
Sí, nacional. Además de ser la XVI fecha a nivel provincial. Cholila, una humilde población de 2.000 habitantes, recibió la presencia de más de 40.000 personas venidas de todo el territorio argentino por culto y devoción al asado de carne. A lo largo del fin de semana, calculan que faenaron 300 corderos, más de 10.000 kilos de carne de ternera y 400 kilos de chorizos. Si hay fiesta que sea a lo grande, dijeron.
Ahora bien, la fiesta también incluyó la realización de jineteadas, carreras de caballos y diferentes destrezas gauchas. Un escenario mayor agregaba vida telúrica con primeras figuras del canto y la música provinciales y nacionales desarrollando un festival al aire libre, alpargateadas y bailes populares que junto a la elección de la reina —Reina del Asadito y Mini Reina— animaron la Fiesta Nacional del Asado.
Se respiraba una clara supervivencia del espíritu gauchesco del campo argentino.
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