jueves, 17 de febrero de 2011

¡Que huyan las vacas!

Argentina se podría describir con variopintos adjetivados, pero sin duda, sobresalen las particularidades tales como la obsesión por el mate, la cultura de lo dulce y la pasión desbocada por la carne. Si bien se devora carne roja a lo largo de todo el planeta, en Argentina la cantidad de consumo cárnico toma tonos demenciales. A inicios de febrero se celebró la II edición de la Fiesta Nacional del Asado. 

Sí, nacional. Además de ser la XVI fecha a nivel provincial. Cholila, una humilde población de 2.000 habitantes, recibió la presencia de más de 40.000 personas venidas de todo el territorio argentino por culto y devoción al asado de carne. A lo largo del fin de semana, calculan que faenaron 300 corderos, más de 10.000 kilos de carne de ternera y 400 kilos de chorizos. Si hay fiesta que sea a lo grande, dijeron. 

Ahora bien, la fiesta también incluyó la realización de jineteadas, carreras de caballos y diferentes destrezas gauchas. Un escenario mayor agregaba vida telúrica con primeras figuras del canto y la música provinciales y nacionales desarrollando un festival al aire libre, alpargateadas y bailes populares que junto a la elección de la reina —Reina del Asadito y Mini Reina— animaron la Fiesta Nacional del Asado. 

Se respiraba una clara supervivencia del espíritu gauchesco del campo argentino.


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